Sin duda la buena salud de tu boca no es algo que pueda dejarse al azar.
La importancia de establecer desde la infancia rutinas de higiene bucal que formen hábitos en el individuo, hace que este aprendizaje permanezca en él a lo largo de su vida adulta para beneficio de sus piezas dentales.
En este sentido, es durante los primeros años que el niño aprende a cepillarse y cuidar sus dientes; en principio por indicación de sus padres, y más tarde por recomendación de su dentista.
Por esta razón, hemos preparado para ti un resumen de esas rutinas básicas que debemos cuidar para que nuestros dientes y encías se mantengan sanos por mucho tiempo.
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La importancia de una correcta técnica de cepillado
En primer lugar, el cepillado es uno de los métodos de limpieza fundamentales para eliminar restos de comida y bacterias que se acumulan entre dientes y encías.
Por esto mismo, para cepillarse los dientes hay que tener en cuenta 3 elementos muy importantes: Un buen cepillo de dientes, dentífrico con flúor y una buena técnica de cepillado.
Aunque puede parecer sencillo, es importante tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Debes considerar el tiempo y la frecuencia si quieres lograr un cepillado eficaz; por lo que es recomendable tomarse al menos dos minutos dos veces al día para que obtengas los mejores resultados.
La posición que adopte el cepillo te permitirá tener un mayor alcance de diferentes zonas de tu boca. Para ello, comienza por las superficies exteriores e interiores de los dientes, cepillando en un ángulo de 45° con movimientos de arriba abajo; luego desplaza en posición horizontal la misma superficie hacia adelante y atrás (estos movimientos deben hacerse en cada arcada para cubrir todos los dientes hasta los molares).
Es muy importante recordar la cara interna de los dientes; por lo que debes inclinar el cepillo para hacer movimientos de barrido vertical (arriba, abajo) en la línea frontal de ambas arcadas dentales.
Debes ser especialmente cuidadoso con la línea de las encías.
Por último, recuerda cepillar la lengua desde atrás hacia adelante; con ello aseguramos la remoción de bacterias que causan el mal olor.
¿Por qué hilo dental como parte de las rutinas de higiene bucal?
El hilo dental forma parte de las rutinas de higiene bucal ya que brinda una mejor accesibilidad a las zonas de difícil acceso; ayudando a remover residuos que el cepillo no logrará retirar.
En particular, para usar el hilo dental debes seguir los siguientes pasos:
Sujeta enrollando en los dedos de ambas manos e introduce una sección de hilo en la unión de dos dientes, haciendo movimientos hacia arriba y abajo que ayuden a remover cualquier acumulación en esa zona.
Al terminar, retira el hilo e introdúcelo nuevamente en otra unión interdental; recordando siempre emplear una sección limpia.
Debes recorrer todos los espacios, teniendo especial cuidado con el borde de las encías para evitar lastimarlas; por último, desecha el trozo de hilo.
Recomendaciones adicionales para una buena salud bucal
Ciertamente una boca limpia resulta agradable desde un punto de vista estético; pero además proyecta una buena imagen, permite que la persona se sienta bien consigo misma y evita molestias a la hora de hablar o comer.
Es por ello que los cuidados que podamos dispensar a nuestra boca nunca serán excesivos; en especial si tenemos en cuenta que constantemente introducimos en ella todo tipo de alimentos, dulces, bebidas e incluso productos que pueden provocar daños (como es el caso del cigarrillo).
De hecho, aun teniendo estos cuidados y complementando el cepillado con un buen enjuague bucal; es probable que lleguen a presentarse infecciones o enfermedades, pero sus complicaciones serán mucho más controladas que en una persona que no cuida su higiene dental.
Asimismo, la visita regular al dentista permitirá llevar a cabo una limpieza profunda cada cierto tiempo, evitando que se adhieran a los dientes residuos que forman la placa dental y que de ninguna manera llegan a ser removidos solo con el cepillado diario.
Por último, mantener una buena alimentación con una dieta equilibrada ayudará a fortalecer los dientes desde su composición y evitar el daño que provoca el exceso de azúcares.